VI CALCENADA - 4/8/2007 - VUELTA AL MONCAYO - CALCENA-CALCENA 104 km |
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Y al final repetimos: para Carlos Ara la tercera, para Sergio Viteri la segunda y se estrenaba Carlos Roy. Con animos renovados por la compañía, los dos Carlos nos fuimos entrenando unas semanas antes con rutas largas y de cierta dureza, aunque no como la calcenada. Cuando unos días antes del cierre de inscripción, confirmamos que también se apuntaba Sergio, la alegría fue mayor.
En la tarde del viernes, estudiamos detenidamente la estrategia de carrera, agarrados a unas cervecitas.
El sábado poco después de las cinco arriba para cargar todo y marchar a Calcena. En poco más de una hora nos plantamos allí. La mañana está fresquita, pero las previsiones no son buenas: el anticiclón más fuerte de lo que va de verano nos salvará del cierzo pero seguramente nos va a freir. Recogemos los dorsales, 254, 255 y 256, desayunamos en bufet libre -la primera de las atenciones de la organización- y nos preparamos. Sergio, que lleva unas ruedas lisas como si fuera a correr la F1 en seco, decide comprar allí mismo una cubierta nueva y colocarla -este año hay una furgoneta con materiales de repuesto para BTT. Al final sobre las 8 y cuarto comenzamos la andadura. Como siempre tomando los primeros kilometros de carretera con tranquilidad para disfrutar y calentar suavemente, y después ya sufriremos si es preciso.
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Con las bicis a punto ----------------------------- Justo antes de salir --------- En el primer avituallamiento tras la primera subida - En Borobia sorteando un rebaño |
Tras la primera subida importante al Collado del Tablado, se inicia un rápido descenso hacia Borobia, dónde tras esquivar un rebaño, giramos en dirección a la Sierra del Tablado y posteriormente con sube y bajas de poca dificultad, acercarnos hasta la Cueva de Agreda, donde paramos a reponer liquidos, y comer algo de fruta y barritas. Sergio y Roy han seguido en todo éste trayecto la rueda de Carlos, reservandose para lo que venía.
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Por los llanos del Tablado en dirección a Cueva de Agreda donde paramos, junto a coloristas corredores Sergio y Roy con buen ánimo
La continuación ya es conocida, todo para arriba en dirección a superar el collado del Canto Hincado, el punto más alto de la ruta, por encima de los 1500 m. El calor ya comienza a hacer su aparición, pero la bajada es larga y solo hay que estar atentos a mantener el equilibrio en una pista con abundante piedra suelta y todavía muchos corredores alineados. Pasamos San Martín: nueva parada a reponer liquidos y tomas hasta unos boquerones. Allí nos encontramos de nuevo con los de Ateca y nos hicimos unas fotos ya que Pascual, que es medio del club tenía el capricho de aparecer en nuestras páginas.Así que aquí lo tenemos:
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Bajando desde el Canto Hincado ... Sergio descansa en San Martín -foto con los de Ateca y Calatayud- y tambien en Litago durante la comida
Tras pasar por Lituénigo y la comida en Litago, comienza la segunda etapa y los últimos 40 km que serian nuestro particular calvario. La primera subida hasta La Morca se hace interminable. Sergio se tiró a una acequia para remojarse antes de que le diera un golpe de calor. Tras una bajada suave que nos permite descansar y pasar por el avituallamiento de Añón, uno de los más bonitos por el merendero donde está situado, continuamos subiendo hacia Alcalá y luego Talamantes y su temida cuesta en el collado negro. Allí entra alguna duda: ¿continuar o dejarlo y no seguir con la calorada que ya llevamos y que sabemos nos espera en la subida al collado de La Tonda? Suele ser normal a estas alturas de recorrido que surga la duda, pues éste es el último punto de retirada oficial. Tras refrescarnos y beber en el bar la cosa se aclara como siempre: Si hemos llegado hasta aquí, porqué no seguir hasta el final. La Tonda ya la subiremos como podamos.
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Arriba antes de iniciar la subida al collado Negro. el cual se ve al fondo desde el cruce Arriba Sergio y Roy en Talamantes decidos a seguir-
Salimos con la resignación de subir como podamos, y así fue. Cuando en otras ocasiones sólo te bajas unos doscientos metros en las rampas más duras, esta vez y debido a las altas temperaturas, subimos a pie mas de un km. Una vez superado el tramo más duro, vuelta a pedalear aunque ahora con la certeza de que los esfuerzos duros ya han quedado atrás. Una vez coronado el Collado una larga bajada, con tramos peligrosos, aunque bien señalizados, nos permite acercarnos al km 100 y al cruce con la carretera, dónde como en años pasados está el avituallamiento de la cerveza y las sonrisas, pues ya sólo quedan poco más para llegar de nuevo a Calcena.
Allí la ducha, que este año sustituimos por un baño en la piscina con un agua fria pero reconfortante, y luego la comida y el descanso en la hierba. Este año la paella se sustituyó por una fideua, y compartiendo mesa con nuestros compañeros de Ateca fuimos desgranando anecdotas y bromas. Todo a pasado por este año. Hemos acabado sin tener siquiera un pinchazo.
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Arriba tras acabar la prueba y llegar al coche, y luego los amigos de Ateca y Carlos Roy descansando después de la comida
Supongo que el año que viene nos asaltará la duda de repetir. Pero eso será otra historia. Carlos Ara 16.8.07